Ah, Pokémon, ese simulador de
piedra-papel-tijera revolucionado, como decían los de Honest Trailer.
No voy a engañaros mi relación con el juego de monstruos de
bolsillo es la de un oldfag, dejé de seguir el juego en su tercera
generación, y en cuanto al resto de entregas le echaba un vistazo
ligero. Pero a día de hoy he vuelto a jugar en un “escenario
competitivo” gracias a Pokémon Showdown, lo sé, soy pobre.
Cuando era un criajo jugaba sin tener
ni puta idea, cogía mi starter y empezaba a fundir todo con el
ataque más poderoso que tuviera, si le afectaba, mejor, hasta que
moría y el resto de mi equipo mucho más débil remataba a los
moribundos. Actualmente, con el pasar del tiempo, Youtube, competiciones y
demás he podido conocer el metagame del juego y su mecanismo.
Tampoco es que fuera el mayor enigma del universo, pero joder, vaya
cambio, a mejor.
Karpov vs Kasparov |
Puedo decir que la base de la victoria
en Pokémon es la misma que en el ajedrez. En el ancestral juego de
mesa los profesionales se dedican a analizar el movimiento actual
para predecir las posibles jugadas siguientes y sus respuestas,
cuantas más jugadas puedan procesar mejor. En Pokémon existe lo
mismo, “predicts” y “contrapredicts” que se organizan como si
fuera una matryoshka de causas y efectos, por ejemplo, Garchomp puede
tirar “terremoto” a lo que tú respondes con cambiar a ese
Gliscor inmune a “terremoto”, y, sin embargo, el rival no lo usa
y te sorprende con un ataque. Eso es predecir y contrapredecir.
Puede parecer una gilipollez pero es
que veo ambos sistemas muy parecidos. Hay “setups” y “builds”
de pokémons más o menos reconocidas, adaptadas, trolleras y
variadas que luego se ejecutan de una determinada manera. Es
exactamente igual con las amplías ramificaciones de aperturas de
ajedrez y sus continuaciones que determinan los ritmos de una partida
y su estilo. Hay incluso aperturas “trolls”, mirad el gambito
Halloween que se llamó así por el engaño que genera.
A estas alturas se puede decir que,
bueno, cualquier juego tiene su componente concreto y ser comparable
al ajedrez. Pero la simplificación hace que estos se asemejen más
que ninguno; ¿Hearthstone? Puede, pero el ajedrez no admite azar, en
Pokémon hay algo y en Hearthstone es mucho mayor el RNG en
comparación, es dependiente de su desarrollo de juego incluso.
Ahora mismo os estaréis preguntando:
“Reka, ¿a qué coño viene esto?” Pues, básicamente, el
desarrollo de ciertos videojuegos se ha inclinado a emular el
deporte, a llamarlos incluso igual: e-sports. Y siento que no se hace
para meramente etiquetar una posible disciplina, sino para que a
través de la lengua se le diese un extra de reconocimiento llamando
a esos juegos con un nombre chulo y que destile respeto. El ajedrez
siempre fue considerado un juego, aunque los papeles digan otra cosa,
un juego de intelectuales. Pokémon, algunas veces, será burlado
como un complejo piedra-papel-tijera pero mantiene sus esencias, sin
parafernalias. Quizás se trata más del contenido que del nombre.
Publicado por "Reka"
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