sábado, 2 de enero de 2016

Opinión: Jogo Bonito

Oscar Wilde decía en "El retrato de Dorian Grey" que "Hoy en día la gente sabe el precio de todo y el valor de nada"; si bien un videojuego es una pieza de arte con un valor fuera de lo económico, hay ejemplos en los que la comunidad de jugadores mira con recelo. Son juegos de sospechosos habituales, hijos de EA y Activision, con problemas de sequelitis, sagas que se vuelven anuales y saturan su propio legado. Pero aquí vengo a hablaros de FIFA (o Pro Evolution Soccer).


Los simuladores punteros de fútbol son productos medidos de una fórmula clásica, que cada año se iba refinando y que ahora se lanzan con una capa de pintura extra: se renuevan los equipos según los fichajes, se afina un poco los gráficos, algunos modos nuevos (y si se incentiva el micropago, mejor) y listo.

es un bug de fifa 16 con un jugador exageradamente abierto de piernas
Ahora con el doble de bugs

Sin embargo, disfruto cada segundo del juego... No me peguéis.


Soy consciente de que los gamers en general y en conjunto no tienen atribuido un deporte tradicional favorito, y, además de lo dicho anteriormente,  los lanzamientos no llegan con júbilo y hype, existe incluso la típica flema de nuestra comunidad. No me malinterpretéis, a mi no se me pone nada dura porque saquen un juego de fútbol. Pero, aún así, aunque cada año el FIFA o el PRO sean casi el mismo juego, sigo acumulando horas de diversión.


¿Por qué?


seis personas jugando a videojuegos frente a un televisor
En mis quedadas había más sangre
Pues porque me compré una Playstation, en vez de una Nintendo 64. Todo empieza con un tío que te regala un simulador de fútbol a los ocho años, llamas a un amigo que tiene un mando de más, ese amigo llama a otros tres y así acabas diez nenes en el salón de tu casa jodiendo al personal a base de piques y tu madre susurrando no se qué de abortar de ti. He sido un jugador de sala de estar, de juntar a amigos, algo de picar y beber y un juego con el que perder la tarde. Muchos son los recuerdos que uno atesora de dichos momentos, momentos en los que uno ríe, llora y se caga en los muertos de un colega. Muchos han sido los juegos que han protagonizado esos momentos. Y el FIFA ha sido uno de ellos (el PRO también).


Con esto, rompo una lanza a favor de no solo los simuladores de fútbol sino de cualquier juego que haya dejado huella en la memoria, individual o "grupal". No estoy exigiendo respeto, porque hay que ganárselo, y los juegos de EA y Konami llevan una política de marketing que muchos ya nos conocemos lejos de la emotividad que estoy manifestando, dado que esos ejemplos cada año valen económicamente el mismo cojón y medio.


Al final de todo, esto no tiene que ver con el aspecto técnico o mecánico del juego porque bajo esa premisa cualquier cosa medio bien hecha vale para esos menesteres. Tiene más que ver con el valor personal que la gente le imprima a un producto. Unos son más de Super Smash Bros., Tekken, Call of Duty o League of Legends. De experiencia de salón cercana o desde la comodidad del online. Esto no tiene tanto que ver con el juego en sí... Esto tiene que ver con tener amigos.

Publicado por "Reka"

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